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#Kardashians ¿Mal ejemplo para jóvenes o caso práctico de Marca Personal?
Soy muy fan del SNL (Saturday Night Live). Me enganché a este programa (un poco tarde, cierto), en el año 2011 con las brillantes, hilarantes e incisivas parodias de Tina Fey sobre la candidata Sarah Palin. ¡Me mataba de la risa! Desde aquel entonces, soy un adicto seguidor de todos sus programas. Os recomiendo que, a través de Youtube (o si tenéis Zenmate (u otro falseador de IP), reviséis este clásico de la televisión americana que ha traspasado fronteras a través de su espectacular Web. Y ha sido en esta temporada 41, con un comienzo brillante con Miley Cyrus, cuando en su segundo programa salta la bomba: la invitada es la actriz y cómica Amy Schumer (que convierte en afilada crítica todo lo que toca), al despellejar al clan Kardashian, concretamente a Khloe, en su monólogo inicial:
Y estoy de acuerdo con Amy porque ¿Son un buen ejemplo las Kardashians para los/las jóvenes? O haciendo una lectura más marketiniana: ¿Son las Kardashians un ejemplo a seguir como modelo de marca personal?
Vamos a comenzar poniendo un poco de orden: ¿Quiénes son las Kardashians? En este galimatías genealógico, empezaremos por la mamma, Kris Jenner. Kris se casó con Robert Kardashian (famoso por ser el abogado de O.J. Simpson), que murió en el 2003. En segundas nupcias se casó con Bruce Jenner (A.K.A. Caitlyn Jenner, pero de eso hablamos luego). Con Robert tuvo 3 hijas y un hijo. Con Bruce concibieron dos hijas más. Más o menos este sería el árbol genealógico de los fructíferos lazos de Kris Jenner con sus dos esposos:
¿Cómo esta mujer, de la nada, se convierte en la todopoderosa matriarca del Klan? A raiz de su matrimonio con su primer esposo, y el salto mediático que significó el caso O.J. Simpson, montó su propia agencia de Comunicación Jenner Communications y desde aquí ha gestionado y controlado todo el entramado mediático de la familia.
De todos los hijos, sin lugar a dudas Kim Kardashian es la reina del show business. Comenzó sus apariciones mediáticas en compañía de la hoy destronada Paris Hilton, haciéndose una celebrity tras la filtracion de su famoso sex-tape con el rapero Ray J. Meses más tarde, le dieron su propio reality «Keeping Up With The Kardashians» que catapultó a toda la familia a lo más alto de la estratosfera del gossip mundial. Después de Cher, quizás sea la celebrity más «recauchutada» del mundo, llevando al extremo las curvas femeninas con las intervenciones (divinas, o no) en su cuerpo. Tan sólo hay que recordar la famosa imagen de la revista Paper que reventó las redes sociales tras su publicación (y cientos de fakes, memes y versiones con y sin Photoshop).
Del resto de la familia, entre los vaivenes sentimentales de Khloe, las operaciones de cirugía estética de Kourtney (Khloe tampoco se queda atrás), y las pataletas de niño mimado del único hijo varón (aficionado a los donuts, las cantantes it-girls, y los coches caros), sin lugar a dudas las dos figuras más relevantes (sin contar a Kim, claro) de este Klan son Kendall y Caitlyn.
Kendall se ha convertido en una mega top model. Comenzó su carrera de supermodelo de la mano de Papá Lagerfeld y desde entonce no ha parado de acaparar las principales portadas y desfiles de las firmas de moda más importantes: imagen de CK Jeans, Givenchy o Marc Jacobs no para de trabajar y desfilar. En la actualidad ha montado con Kylie, su hermana pequeña, un pequeño emporio que empieza en diseñar para TopShop, comercializar su propia laca de uñas, una app y un libro titulado «Rebels: city of Indra» que está en proceso de negociación de los derechos cinematográficos. Entre sus «hazañas» social media, Kendall se cuelga la medalla de que una de sus fotos fue de las más compartidas en Instagram en el 2015.
El segundo «caso de éxito» de esta familia (porque entre los vástagos hay mucha cabra loca y vaca sin cencerro -Almodovar dixit-), es el del padre de Kendal y Kylie, padrasto de Kim, Kourtney, Khloe y Robert Jr. Hablamos de Caitlyn Jenner. Bruce Jenner nace en 1946 y salta a la fama obteniendo la medalla de oro en el decathlon de los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976. Sorprendentemente para todos, hace su aparición como mujer en la portada de Vanity Fair y revienta los mass media y las redes sociales: Bruce ahora es Caitlyn (con C para diferenciarse del klan K) y se declara transexual, con un speach conmovedor e impactante que la convierte en una abanderada del movimiento LGTB a nivel mundial.
La imagen pública de Caitlyn, gracias primero a aceptar su imagen e identidad privada, se ha convertido en un ejemplo de aceptación, de valentía y coraje: un gran deportista reconoce públicamente su condición de transgénero y se expone a la crítica y al vilipendio. Su marca personal, no sólo ha cambiado de sexo, de condición, de posicionamiento, sino que ha mutado a icono de muchas mujeres que trabajan por reconocer su condición de identidad.
Expuestas las principales características del klan Kardashians, la pregunta me surge al ver ciertos comportamientos de la sociedad con ejemplos como éste, o casos como el de los participantes del reality Gran Hermano. Gente sin oficio ni beneficio que se convierte en el centro mediático de millones de personas y cuyas vidas (fingidas o no), ocupan toneladas de conversaciones. Y envidias. Y odios.
Y estas personas que se encaraman al entorno mediático más aborrecible… ¿Son buenos ejemplos para nuestra sociedad? Muchos quieren ser concursantes de GH para arañar una brizna de fama. Efímera o no. Much@s lo han conseguido y siguen mamando de la teta mediática y llenando sus arcas con basura informativa que, a un número importante de personas, alimenta. ¿Esto se puede denominar como ejemplo de Marca Personal o tan sólo son vampiros de la fama, parásitos de los medios de comunicación?
En el caso de Las Kardashians, y tomando como ejemplo los 4 pilares de la Marca Personal que Mireya Trías establece para construir un proyecto de personal branding sólido, vamos a fundamentar una respuesta a la pregunta del título del post, y obtener las claves de la marca personal de esta familia (y fácilmente aplicable a otras muchas). A saber:
- Tu talento:vinculado a la aptitud y a la inteligencia asociada a la habilidad innata y a la creatividad. Está claro que la inteligencia de la madre Kardashian responde a la facilidad de sacar talento donde no lo hay, de explotar las aptitudes y actitudes de su familia en detrimento de la creatividad y en aras de una habilidad innata por convertir en oro lo que carece de valor real. El TALENTO de esta familia se consolida por un exacerbado dominio del único talento que conocen: la exposición pública sin paliativos, sin red ni barreras, libre y abierto a todo tipo de crítica. No hay miedo, pánico a la crítica. Es más, ésta les retroalimenta para seguir construyendo su mundo y su imperio. SE NACE, NO SE HACE.
- Tu fortaleza: es una virtud que permite enfrentar, soportar y vencer los obstáculos. La exposición pública genera conflictos entre la comunidad que se enfrenta a la telerealidad como un espejo de sus propias frustaciones, miedos, deseos y anhelos. La familia Kardashian no tiene miedo, nada más, que al fracaso, y ese miedo es la que les permite enfrentarse a desnudarse (consentida y con sentido), frente a las fauces de la audiencia. Son personas humanas, si. Pero sus modelos saben que serán replicados, copiados y auscultados al milímetro y por ello, deben constatemente vencer las dificultades para no caer en ser… ¡un humano/a, mas! SE HACE, NO SE NACE.
- Tu valor: creación de una propuesta de valor dirigida a un grupo determinado. La telerealidad cumple varios objetivos: te permiten abstraerte de tus problemas, reírte un rato y a veces, incluso, jugar a ser Dios expulsando a Adán y Eva del paraíso con un simple click. La propuesta de valor de Las Kardashians es de libro: desconectas de tus problemas para conectar con los galimatías de otros. Ríes, lloras, sientes y padeces lo que ellos «finjen» frente a la cámara, e incluso te permiten la posibilidad de odiar sin ser odiado. El alimento de las vanidades más voraz es el odio, y en todos los realyties de esto hay a espuertas. El target está claro, el anzuelo está servido. Y el bocado siempre cumple las expectativas, y promete no soltarse del anzuelo nunca: crear fuertes vínculos de lealtad entre la audiencia.
- Tu diferencia: conocer qué hace que te elijan a ti y no a otros. Está claro que el «amor y lujo» siempre ha sido una etiqueta a destacar entre los gustos de la audiencia y el público en general. Desde Dallas, pasando por Dinastia, Falcon Crest o la más actual Empire, las sagas familiares que se mueven en las farragosas aguas del dinero y los árboles genealógicos casi imposibles, movilizan amores y odios. Y que la familia Kardashian obtenga ese estatus de élite se debe, en gran parte, al sabio e inteligente manejo de los social media para alcanzar cuotas épicas de impacto y seguimiento. Sólo hay que recordar la famosa frase de Tom Peters sobre marca personal: «La marca personal enlaza tus pasiones, tus atributos clave y tus fortalezas con una proposición de valor, dejando claro lo que te diferencia de los demás».
Decía William Shakespeare que: «Sabemos lo que somos. Pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser». Y en esto, las Kardashians son las reinas de la predicción.
Y tú , qué opinas: ¿son las Kardashians un mal ejemplo para la sociedad o un buen caso de estudio de marca personal?
Fuentes: SModa / Vanity Fair
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