11 Dic
2018
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#Curriculum Mentiras Arriesgadas, o cómo pifiarla por poner en tu CV lo que no debes

#Curriculum: Mentiras Arriesgadas, o como pifiarla por poner en tu CV lo que no debes por @JgAmago en @TheTopicTrendNo hay día que en el que no nos despertemos con una noticia en la cual un periodista o ávido buscador de «errores», encuentra en el currículum de un personaje conocido, preferiblemente político o alto cargo, algún dato falso, o no del todo cierto. Nos hemos acostumbrado a ver cómo personas relevantes de nuestro país ocultan la verdad, mienten o «mienten a medias» en sus curriculums, en sus webs y perfiles profesionales, apuntándose cursos, másters, postgrados o titulaciones varias que no habían realizado, que habían comenzado y no finalizado, o simplemente que no tenían.

La primera reacción de ellos es, en muchos casos, negar la mayor. Pero como la investigación periodística es tenaz y en la mayoría de las ocasiones muy solvente, al final rectifican, dan explicaciones (o algo parecido), y hasta en algunas ocasiones, después de mentira tras mentira desmontada con papeles, cifras y testimonios, y acosados por los medios, dimiten. ¡Cosa rara ésta, que en España alguien dimita, ¿verdad?!

Hubo un tiempo en el que estuvo de moda aquello de «la cultura del pelotazo», cuando propios e impropios se enriquecieron y apropiaron de lo que no era suyo, a sacos, a costa de otros. Hoy vivimos en la cultura del maquillaje. Como si la canción de Mecano se tratara (no voy a entrar en lo de la «mariconez», porque eso dara para otro post), nuestros políticos y personas relevantes se pusieron a darle «sombra aquí, sombra allá» al CV, y pensaron que con sombras todo queda menos visible, se difumina. Si cuela, cuela. Y si me pillan, pues la culpa fue del diseñador web, del funcionario/a de turno, o del secretario/a del Máster. Hoy en día, el CV es una bomba de relojería. Y si incluye verdades a medias, o falsedades, con fecha muy próxima a detonar.

¿Cuáles son las mentiras más habituales que se suelen cometer en los currículos? Pues principalmente son 5:

  • Idioma: En España el inglés ha sido -y aún sigue siendo- una barrera en el entorno laboral y es una mentira habitual en el currículum vitae exagerar nuestro nivel. Pero… ¡Es muy fácil comprobar tu nivel en una entrevista personal! Así que, lo mejor es decir la verdad, y si el puesto de trabajo requiere unos conocimientos, mostrar tu interés en que, si consigues el puesto, te pondrás «las pilas» para mejorarlo.
  • Nivel de estudios: Y por aquí es por donde hemos empezado el post: plasmar una titulación que no hemos realizado o que aún no hemos terminado, es muy fácil de descubrir.
  • Experiencia: No infles tu experiencia porque con una llamada (o dos), podrán poner en tela de juicio -si no es cierta la información- tus argumentos.
  • Habilidades informáticas: Damos por hecho que  los millenials han nacido con el móvil y las habilidades digitales bajo el brazo, y que por tanto son expertos en Office, Photoshop, SAP, CRM, JAVA o HTML. ¡Error! Una de las mentiras más habituales es afirmar que somos usuarios de herramientas que -a lo mejor- sólo hemos utilizado un par de veces como usuario.
  • Autobombo: Amplificando las responsabilidades o tareas en puestos desempeñados. Si un día tuviste que suplantar a tu responsable porque estaba enfermo, eso no es ser «Jefe de…» «Encargado de…» o «Responsable de…». No engordes tus funciones, que los globos se pinchan con mucha facilidad.

Y ojo, porque las mentiras que se pillan, pueden tener consecuencias legales para tí, como las que detalla Irene Ruiz de Valbuena en este artículo en El País. Claro que estas cosas solo nos salpican si somos «mindundis», porque a los «poderosos»… Bueno, a algunos también. Pero menos 😉

Yo soy anti CV. No me gusta. No creo que un trozo de papel despliegue ante el reclutador o seleccionador toda la experiencia profesional, el conocimiento de las posibles necesidades de la empresa en las que yo les puedo ayudar, ni mi actividad laboral que abarca múltiples facetas, aspectos, sectores o funciones. Y redactar un CV, condensar tantos años de experiencia y tantas cosas interesantes que contar, es dificil. Hace poco decidí actualizar mi CV en papel a un formato más visual, aprovechando una de estas 20 herramientas que recomendé en un post de este blog. Para ello tuve como referencia éste artículo escrito por José Jimenez Alonso en su blog «Orientación para el Empleo» que os recomiendo leer. Aún así, enviado el CV en formato visual/pdf, si alguien quiere saber más de mí, habitualmente les mando la información que recopila mi perfil de Linkedin, Strikingly o Remote… Aquí tienes una lista de herramientas chulas para que tú elijas la que consideres,  en este otro post que publiqué antes de irnos de vacaciones de verano.

En mayo de este año el blog PuroMarketing publicó un post en el que se argumentaba la necesidad de «enterrar» al CV clásico frente a la información que nos facilitan las nuevas tecnologías, los datos y la inteligencia artificial. En él se decía: «… el currículo se ha convertido en una suerte de rémora de los viejos tiempos y en una herramienta que no se cree que ayude a fichar a la plantilla que las empresas necesitan en el siglo XXI». Comparto esta afirmación. El formato CV como tal está caduco y trasnochado. De acuerdo que no todos están en Linkedin, o tienen el perfil actualizado, o consideran que no es una red para el sector profesional en el que se mueven. Pero hoy en día, seas panadero, carretillero, administrativo, técnico, jefe de auditoría o director de producción, existen otras formas de presentarse, contar y de impactar en tu posible reclutador. Ahora bien… ¿Dónde reside el desajuste entre proceso y formato? ¿Quién permite, fomenta o valida que la forma más adecuada para hacer un proceso de selección sea a través del CV tipo? ¿Qué valor le da la empresa a un proceso de reclutamiento o selección? ¿Buscan TALENTO o buscan personas que resuelvan una situación puntual, de la forma más rápida, eficaz y barata posible?

Afortunadamente, somos muchos los que pensamos que el CV clásico está muerto, y consideramos la importancia del llamado currículo social, como lo denomina Máximo Peña en el blog de Infoempleo, cuyos ingredientes a tener en cuenta han de ser, al menos, reputación, networking y actividad del candidato o candidata en el entorno 2.0. Pero además de este currículo social, es importante tener en consideración y contar con lo que Pilar Jericó denomina el «Currículum B«, «…aquel que no aparece en los currículums tradicionales, pero que nos ayuda a mejorar nuestro autoconocimiento.  (…) el currículum B no se refiere solo a las aficiones, sino también a las actividades que te ayudan a reflexionar y a mejorar a nivel personal. 

Este cóctel de veracidad, huella social digital, experiencias, vivencias, aficiones y actividades personales, deberían configurar la hoja vital del candidato, tanto como sujeto activo/pasivo en el entorno profesional, como el de aquellos agentes activos -las empresas-, que promocionan sus procesos de reclutamiento y selección en búsqueda de candidatos reales.

Y tú ¿Has «mentido» alguna vez en tu CV para intentar superar un proceso de selección? Seguro que no nos lo dirás 😉

JgAmago

Fuentes: El País / Orientación para el Empleo / Puro Marketing

Imágenes: Helloquence on Unsplash / Isaac Castillejos on Unsplash

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Talent Media Manager. Profesional de los RR.HH 4.0 en @EAE_ Escribo en @thetopictrend #tTT #SinBarrerasSinArmarios, mi libro publicado por la Ed. LoQueNoExiste.
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